La construcción con LSF (Light Steel Framing) está ganando cada vez más terreno en el sector de la edificación gracias a sus múltiples ventajas técnicas, económicas y medioambientales. Sin embargo, a pesar de su creciente popularidad, aún persisten numerosos mitos que generan dudas o escepticismo entre profesionales, promotores y clientes. En este artículo abordaremos los mitos más comunes sobre el LSF y explicaremos, con argumentos técnicos y ejemplos concretos, por qué estas creencias no se corresponden con la realidad actual de este sistema constructivo.
1. El LSF solo sirve para construcciones pequeñas
Uno de los mitos más difundidos es que el LSF está limitado a viviendas unifamiliares, oficinas temporales o almacenes ligeros. Esto no puede estar más alejado de la realidad. Hoy en día, el LSF se utiliza en la construcción de edificios de varias plantas, centros educativos, hospitales, complejos turísticos y desarrollos residenciales de gran escala. Gracias a su flexibilidad de diseño y su capacidad modular, el LSF permite construir estructuras complejas con altos estándares de seguridad, eficiencia energética y estética. Lighthouse Steel ha participado en numerosos proyectos de gran envergadura que demuestran la versatilidad del sistema.
2. Las estructuras metálicas son ruidosas
Existe la percepción de que las construcciones con LSF generan ruidos molestos, especialmente por el eco metálico. Esta idea parte de un desconocimiento de cómo se diseña un edificio LSF. Las paredes están compuestas por varios materiales, incluyendo aislamiento acústico (como lana mineral o poliuretano expandido) y placas de yeso o fibrocemento que amortiguan las vibraciones. El resultado es un comportamiento acústico comparable —o incluso superior— al de los sistemas tradicionales. En realidad, un edificio bien diseñado y construido con LSF puede ofrecer un confort acústico excelente.
3. El acero no es seguro frente al fuego
Otra preocupación habitual es que el acero pueda ceder fácilmente ante altas temperaturas. Es cierto que el acero pierde resistencia cuando se expone directamente al calor extremo, pero los sistemas LSF están diseñados para resistir el fuego mediante soluciones multicapa. Estas capas incluyen placas ignífugas, materiales aislantes no combustibles y barreras térmicas que retrasan significativamente la propagación del calor. Con un diseño adecuado, una estructura LSF puede alcanzar clasificaciones de resistencia al fuego iguales o superiores a las exigidas por los códigos internacionales.
4. El LSF se oxida fácilmente
Algunas personas asumen que el acero inevitablemente se oxida con el tiempo, sobre todo en ambientes húmedos o salinos. No obstante, el acero utilizado en los sistemas LSF es acero galvanizado, protegido con recubrimientos anticorrosivos que garantizan su durabilidad a largo plazo. Este tipo de acero está pensado específicamente para resistir condiciones climáticas adversas sin perder integridad estructural. En Lighthouse Steel, se utilizan únicamente perfiles certificados con tratamientos anticorrosión de alta calidad, lo que permite construir con confianza incluso en zonas costeras.
5. Es una tecnología más costosa
El coste inicial del material puede parecer más alto que el de la obra tradicional, pero este enfoque no considera el ciclo completo de construcción. El LSF permite ahorrar significativamente en tiempos de ejecución, mano de obra, errores en obra, uso de maquinaria pesada y residuos. Además, la construcción en seco evita demoras por condiciones climáticas y reduce los costes indirectos. Al evaluar el costo total del proyecto, el LSF suele ser una alternativa más económica y predecible. Como se suele decir en el sector: construir más rápido es ahorrar más dinero.
6. No es una solución ecológica
Lejos de ser perjudicial para el medio ambiente, el LSF es uno de los sistemas más sostenibles disponibles en el mercado. El acero es 100 % reciclable y puede reutilizarse indefinidamente sin pérdida de propiedades. La construcción con LSF también genera mucho menos desperdicio que los sistemas tradicionales, ya que los componentes se fabrican a medida en planta. A esto se suma la eficiencia energética del sistema: gracias a su excelente aislamiento térmico, los edificios LSF consumen menos energía para calefacción y refrigeración, reduciendo la huella de carbono durante toda su vida útil.
7. El aislamiento térmico es deficiente
Aunque el acero en sí mismo es conductor térmico, esto no significa que los edificios con LSF tengan problemas de aislamiento. Todo lo contrario: los perfiles de acero se combinan con capas de aislante térmico como lana mineral, poliestireno extruido (XPS) o poliuretano, creando un sistema envolvente altamente eficiente. Además, los puentes térmicos se minimizan mediante detalles constructivos específicos. Los muros LSF pueden cumplir —e incluso superar— las normativas de eficiencia energética más exigentes en Europa y otras regiones.
8. El montaje es complicado
Algunos profesionales que no están familiarizados con el LSF creen que se requiere maquinaria o conocimientos especializados para su montaje. En realidad, los sistemas LSF están diseñados para facilitar el montaje rápido y preciso. Las piezas llegan a obra cortadas y perforadas con exactitud desde fábrica, lo que reduce los errores y agiliza la instalación. No se requieren tiempos de secado ni trabajos húmedos, lo cual permite mantener un ritmo constante y predecible en la obra. Lighthouse Steel acompaña cada proyecto con documentación técnica clara y soporte profesional para asegurar una instalación sencilla.
9. No es adecuado para zonas sísmicas
Es lógico preguntarse si un sistema tan liviano es capaz de soportar movimientos sísmicos. Y la respuesta es: sí. De hecho, el bajo peso de las estructuras LSF es una ventaja en entornos sísmicos, ya que disminuye las cargas sobre los cimientos y permite que el edificio se comporte de manera más flexible. Los sistemas LSF pueden diseñarse específicamente para absorber y disipar las fuerzas sísmicas, cumpliendo con los reglamentos estructurales más exigentes. En zonas con actividad sísmica, el LSF no solo es viable, sino también recomendable.
10. La gente no confía en el LSF
Como toda tecnología innovadora, el LSF enfrenta resistencia por desconocimiento o costumbre. Sin embargo, esta percepción está cambiando rápidamente. Cada vez más arquitectos, ingenieros, inversores y usuarios finales reconocen las ventajas del LSF: velocidad, eficiencia, precisión, sostenibilidad y reducción de costes. Las referencias positivas, los estudios técnicos y los proyectos exitosos —como los realizados por Lighthouse Steel— están ayudando a disipar las dudas. La confianza se gana con resultados, y el LSF ya ha demostrado ser una solución fiable en cientos de proyectos en todo el mundo.
Conclusión
Los mitos que rodean a la construcción con LSF están basados, en su mayoría, en información desactualizada o incompleta. Hoy en día, este sistema representa una alternativa madura, fiable y ventajosa frente a las metodologías tradicionales. Con una correcta planificación, buenos materiales y un equipo capacitado, el LSF puede ofrecer edificaciones duraderas, seguras y adaptadas a las exigencias del siglo XXI. En Lighthouse Steel, nos enorgullece ser parte del cambio hacia una construcción más moderna, eficiente y sostenible. Si está considerando un nuevo proyecto, quizás sea el momento de mirar más allá del ladrillo.